El líder de la Central Obrera Boliviana (COB), Pedro Montes, advirtió el viernes, en el décimo día de protestas callejeras ensañadas con La Paz y que se despliegan por otros puntos del país, en demanda de más aumento de salarios, que la matriz sindical apunta a recurrir, en caso extremo, a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para hacer escuchar sus demandas.
De persistir el desencuentro, entre la COB y el Gobienro, afirmó que su organización apelará a la OIT "para hacer respetar los derecho de los trabajadores, como sucede en todo el mundo".
La posición in extremis fue planteada luego que el ministro de Trabajo, Félix Rojas, consideró la posibilidad de expedir cartas de despido a los funcionarios que, lejos de sus fuentes de labor, manifiestan ininterrumpidamente hace más de una semana, en desmedro de las necesidades de atención médica y educación de la población boliviana.
Los sindicatos bolivianos exigen un incremento de salarios de 15%, 5 puntos más que lo decretado por el gobierno de Evo Morales, que en una maratónica reunión, el lunes último, explicó las limitaciones del erario público para acoger al petitorio.
Sin embargo, Montes patentó la decisión de la COB de dialogar con el Presidente y no con sus ministros, para alcanzar un acuerdo definitivo, en la reanudación del diálogo desde el sábado.
"No se trata de querer dialogar o no con los ministros, se trata de responsabilidad. Nosotros, por disciplina, por respeto, no vamos a negociar con ellos, no podemos compartir con quienes cometieron el delito de violar el diálogo que estábamos empezando", remarcó.
Entre jueves y viernes la COB desdeñó al menos tres invitaciones del Ejecutivo para superar el embrollo.
Montes advirtió con cerrar las carreteras del país si el diálogo no llegara a fructificar el fin de semana, "porque es un derecho consagrado en la Constitución".
ABI
De persistir el desencuentro, entre la COB y el Gobienro, afirmó que su organización apelará a la OIT "para hacer respetar los derecho de los trabajadores, como sucede en todo el mundo".
La posición in extremis fue planteada luego que el ministro de Trabajo, Félix Rojas, consideró la posibilidad de expedir cartas de despido a los funcionarios que, lejos de sus fuentes de labor, manifiestan ininterrumpidamente hace más de una semana, en desmedro de las necesidades de atención médica y educación de la población boliviana.
Los sindicatos bolivianos exigen un incremento de salarios de 15%, 5 puntos más que lo decretado por el gobierno de Evo Morales, que en una maratónica reunión, el lunes último, explicó las limitaciones del erario público para acoger al petitorio.
Sin embargo, Montes patentó la decisión de la COB de dialogar con el Presidente y no con sus ministros, para alcanzar un acuerdo definitivo, en la reanudación del diálogo desde el sábado.
"No se trata de querer dialogar o no con los ministros, se trata de responsabilidad. Nosotros, por disciplina, por respeto, no vamos a negociar con ellos, no podemos compartir con quienes cometieron el delito de violar el diálogo que estábamos empezando", remarcó.
Entre jueves y viernes la COB desdeñó al menos tres invitaciones del Ejecutivo para superar el embrollo.
Montes advirtió con cerrar las carreteras del país si el diálogo no llegara a fructificar el fin de semana, "porque es un derecho consagrado en la Constitución".
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