sábado, 12 de febrero de 2011

Silva confirma que azúcar fue descargado en su casa, pero negó que le pertenezca


El concejal de La Paz, Jorge Silva, ex diputado del oficialista Movimiento Al Socialismo, negó en rotundo el sábado que los 200 quintales de azúcar de producción boliviana encontrados el viernes en una casa en la zona de Miraflores, en La Paz, fueran de su propiedad, pero admitió que el inmueble depósito de la carga sí lo es.

"A mediodía del viernes (último) descargaron el azúcar para entregarla a cada una de las personas que compró el producto, pero quiero aclarar que yo no soy el dueño de esos alimentos", se defendió en declaraciones a una masa de periodistas que le inquirió el sábado.

La ABI trató de contactar sin éxito vía teléfono al concejal en entredicho.

Una muchedumbre intentó tomar por la fuerza la casa del concejal oficialista, tras descubrir el acopio de bienes que, paradójicamente, escasean en los centros de abasto popular.

Silva se ha comprometido a renunciar a su mandato en el Legislativo del municipio de La Paz si se llegara a comprobar que los saquillos de azúcar, arroz y harina fueran de su pertenencia.

El precio del quintal de azúcar se disparó en las 5 primeras semanas del año del 270 a 380 bolivianos, en medio de una escalada de los valores principalmente de los bienes de la canasta básica boliviana.

El hallazgo, que enfureció al vecindario que a su vez estuvo a punto de obligar a que el fiscal Roberto Vargas ordenara, lejos de su facultad constitucional, la venta al público de los productos, como finalmente sucedió sólo con el azúcar granulada, se registró días después que un equipo de la red privada ATB encontrara en la casa de la ex ministra de Desarrollo Productivo, Antonia Rodríguez, algunos saquillos del escaso endulzante.

La ministra de Desarrollo Producto, Teresa Morales, que sucedió a Rodríguez hace dos semanas en esa cartera de Estado afirmó que desde el lunes se acabarán las formaciones en los centros de abasto popular que serán repletados con azúcar importada de Brasil y Colombia, cuyos primeros embarques, de hecho, habían ya llegado al país en el curso de la semana que acaba este sábado.

La venta primaria a la oficina de Impuestos hizo volar las cabezas de dos altos funcionarios de EMAPA, que tras el ocultamiento y la especulación debió asumir, por orden del Gobierno, el expendio en proporciones razonables del azúcar escaso a la población, labor improvisada y lejos de su misión institucional.

El hallazgo de azúcar en la casa de Silva, se registró dos días después que los gremios de comerciantes, uno de los sectores más poderosos de la economía criolla, exigieran en manifestaciones públicas el cierre de la empresa que el presidente Evo Morales fundó en 2007 para incentivar la producción de alimentos en las áreas rurales de Bolivia.

En el ojo de la tormenta, Silva deslindó responsabilidades sobre los 200 quintales adquiridos de EMAPA por un funcionario de Impuestos Internos y que fueron "depositados" en su domicilio de la calle Luis Fernando Gemio al 1574 de la zona de Miraflores.

La noticia del hallazgo de azúcar, aún escaso y puesto a la venta a más del 15% de los precios tope de 7,50 y 8 boliviano por kilo establecidos por el Gobierno y los productores privados de Santa Cruz y Tarija, saltó a las primeras páginas de los diarios bolivianos.
La televisión dedicó también sus espacios a la difusión del acopio del endulzante en la casa del concejal oficialista.

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